En el 39 empieza toda la remodelación.
Ahí, entra a cambiar todo hasta el día de hoy.
Se cambia por la posición correcta que se usa hoy.
Por ejemplo, se baila bien parado, bien derecho, tanto el hombre como la mujer.
Antes se bailaba hasta cara con cara, mirando los dos hacia delante y hoy se baila en una forma más suelta; es totalmente distinto la forma de agarrar de hoy y la forma de agarrar de antes.
Es totalmente distinta la forma de tirar un pié o una pierna hoy.
Se movía totalmente distinto.
Un bailarín del año 40, mejor dicho, antes del 40, era totalmente distinto a un bailarín después del 40.
¿Qué pasa después del 40?
Después del 40 empieza lo delicado del tango.
“El tango no es el malevo”.
Es una parte armónica, vos estás mostrando lo que vos sentís.
Por eso, vos bailas en una forma y yo bailo en otra. Y bailamos el mismo tango.
Y, por eso, ni vos vas a hacer lo que hago yo, ni yo voy a hacer lo que haces vos.
Porque es una cosa natural, porque yo lo siento a mi manera y vos lo sentís a tu manera.
A diferencia del folklore que seguís una coreografía ya premeditada.