G: ¿Cómo eran las barras?
L: No se dividía por barrios.
En un barrio podía haber siete, ocho, diez barras.
Nosotros parábamos, en Lazcano y Artígas.
En Jonte y Lazcano había otra barra, que paraba ahí porque había un café.
Las barras eran de acuerdo como vos eras: amigo de Fulano, de Mengano, de Zultano.
Nada más que en vez de citarnos en un café nos citábamos en una esquina.
El drama era para los vecinos.
Porque nosotros veníamos de las prácticas y hasta que no nos tiraban un balde de agua desde la azotea seguíamos practicando en la esquina. Al primer balde de agua, nos íbamos.
A todo esto era como la una o dos de la mañana.
Es parte de lo que hoy se perdió un poco. No existe más, porque hasta la costumbre, la educación…
G: Aparte, cambió mucho, creo, cuando entró la mujer.
Porque antes la mujer iba solamente al baile. La búsqueda de los pasos nuevos era sólo del hombre. Y ahora no existe eso.
Cuando uno va a bailar, va a practicar, ya lo practica con la mujer.
L: Es más con la pareja.
G: Claro, directamente. No existe más eso. De muchos tipos reunidos para probar pasos, y no se da la competencia que habia antes.